LETRAS VIAJERAS

martes, 21 de febrero de 2012

              El carnaval e inicio de la Cuaresma

  Es necesario comentar que la palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a épocas remotas en las que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo y otros comestibles).

Bajo este contexto, en muchos lugares se acostumbraba organizar el martes anterior, al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.

                                            
                                 Cronología

En la antigüedad los judíos solían cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

Durante los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

No obstante y remontándonos más atrás, en el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.


Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto evoca que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada. Aunque también se tiene pleno conocimiento que esta costumbre fue usada en el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

En el mismo renglón. la imposición de la ceniza hace remembranza que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.





"Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"

"arrepiéntete y cree en el Evangelio" estas son las palabras que mañana proferirán los sacerdotes en la mayoría de los templos en el marco del miércoles de ceniza que, según la iglesia apostólica y romana, nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que la misma definitivamente se encuentra en el cielo.

Con la imposición de la ceniza en la frente comienza la cuaresma y para la feligresía representa tiempos de oración, penitencia y ayuno; los 40 días, de acuerdo a la creencia religiosa, marca la conversión del corazón.

Este miércoles miles de creyentes se desplazaran a los templos de la ciudad en busca de recibir la cruz de ceniza a cargo de un presbítero que, al igual que hace siglos dirá lo siguiente: "concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida; recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás; "arrepiéntete y cree en el Evangelio".
Sobre el ayuno y la abstinencia

El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

En ese lapso, la iglesia emite una serie de recomendaciones entre los feligreses ellas evitar lo siguiente:

La hipocresía, la disipación y la multitud de palabras. La primera de ellas refiere que Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior.

En tanto, la disipación que quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios y la multitud de palabras, que significa que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria, sino escuchar a Dios.

En síntesis, la cuaresma es un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a dónde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.
 

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