LETRAS VIAJERAS

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Recomendaciones

La novela histórica ha conquistado al público, repitiendo los esquemas narrativos del folletín decimonónico. Sin embargo, Umberto Eco resolvió ese dilema en El Cementerio de Praga con la simple opción de contar la historia a través del diario de su personaje principal, el capitán Simone Simonini, italiano antipático que ni siquiera llega a ser un villano.

 No renuncia por ello a los principios del folletín: nada es lo que parece y nadie es quien realmente dice ser, no hay demasiada profundidad psicológica en sus personajes y el argumento es poco verosímil. Pero lo que más ha dado de hablar acerca de El Cementerio de Praga es que es algo más que una novela políticamente incorrecta: es totalmente irreverente.

El cementerio de Praga
El cementerio de Praga, una novela irreverente y controversial


Los alemanes son “el más bajo nivel de humanidad concebible”; los franceses son “orgullosos más allá de todo límite y matan por aburrimiento”; los italianos son “arteros y taimados”; los curas “repiten que su reino no es de este mundo, pero ponen las manos encima de todo lo que pueden mangonear”; los jesuitas son “masones vestidos de mujer”; las mujeres “meretrices que propagan la sífilis”.


De todos los agravios, los más intolerables están reservados a los judíos. El pueblo “desprende un olor nauseabundo”. Es falso que Jesús fuera judío. “Jesús era de raza céltica, rubio y de ojos azules”. Los judíos son cada vez más peligrosos, pues se han convertido en “los agentes de la subversión anarquista y comunista”.


El Osservatore Romano criticó severamente la novela, poniendo incluso en cuestión su validez literaria. La causa: el libro depara una imagen desfavorable de Papas y católicos. Sus páginas frecuentan diversos acontecimientos de los siglos XIX y XX en Europa; pero su motivo principal son los llamados Protocolos de los sabios de Sión, un pisto de textos plagiados que constituye una burda y malévola mentira para demonizar al pueblo judío.
Estas reacciones negativas a esta irrespetuosa, molesta e intempestiva obra han tenido sin embargo el efecto de ubicar a El Cementerio de Praga entre los primeros lugares de ventas en toda América Latina y España: número 1 en Argentina, tercer lugar en Colombia y México,  cuarto lugar en Venezuela,  quinto en Chile, sexto en España y décimo en Venezuela.


Los debates siguen exaltados con relación a este libro. Pero hay quienes la consideran una obra imprescindible entender el confuso siglo XX y descubrir algunas verdades incómodas del XXI. Al final ¿no es la labor de los escritores ser molestos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario